Después de un concierto de una banda rara qué tocaba con harto frenesí, intensa, tuve ganas de explicar en qué pienso cuando nos ponemos a evaluar cualquier cosa, persona o situación. Me vino inmediatamente a la cabeza un episodio donde alguien se refería a la relación con su pareja y la describía como "very vanilla". Entonces conecté ese comentario con otro que dijo alguien en un concierto después de haber discutido cuánta gente había, "vanilla music" dijo él. Y claro, el último punto fue cuando compré mi helado semanal y al no saber qué sabor pedir me vi forzado a elegir sabor vainilla. Sí, eso era. La decisión más fácil, la menos arriesgada. No existe el miedo a fallar. No sé lo que significa esa palabra, no sé qué música toca esa banda pero vainilla seguramente será soportable, música de fondo. No la voy a recomendar, no la voy a criticar tampoco pero sé que si alguien que la escucha tendra una opinión postiva de eso, apenas positiva, por encima de la indiferencia. Esa, si me preguntas está muy cerca de la peor opinión que puede dar uno. Si algo es vainilla es por supuesto peor que decir que algo es terrible, ni siquiera tendrá algo de particular, algo de original, pues. Pero no me vengas y me digas que eso que te mueve me tiene que mover a mí, porque tus huesos son más pesados y yo corro solo cuando los esfínteres me quieren traicionar. Vaya y clávese esa cancióncita por donde le embone. Y yo estoy de lado de la persona que no conoce lo que te pone a ti la piel de gallina. Mejor explícame cómo te sientes si le doy play. Ahora te cuento.. qué hace que a mi me guste esto y me desagrade aquello. No creo que sea siempre que haya una historia por detrás "es la música que escuchaba de niño, la música de mis padres". No hay tampoco una evaluación técnica del grado de complejidad involucrado, habemos muchas personas que no sabemos tocar un instrumento, recordemos la frase "ese cuadro parece el dibujo de mi hija de 5 años". Creo que es más probable que algo te parezca bueno porque alguien que admiras lo considera así, en todo caso, y tendrás que hacer memoria porque vas a encontrar muchas de esas en tu historia personal. Yo creo que consideramos algo bueno cuando el tiempo y el espacio han hecho su trabajo. El artista queda fuera, aunque se le piense parte fundamental. Hoy creo que esta pintura es íncreible porque dentro de mi me hace recordar una canción que me gusta. Esa pintura me parece íncreible porque estoy junto a la persona que más quiero en las primeras vacaciones fuera del país. Porque hace 5 minutos recordé que en un mes es mi graduación y porque ayer mi equipo favorito acaba de pasar a la final de la liga nacional. ¿La pintura es realmente buena? podría ser cualquier garabato hecho por cualquier artista en cualquier epoca de la historia. Ahora estoy ligado al cuadro. Ahora guardo su esencia dentro de mi. Está ligada a un montón de cosas que poco tienen que ver con ese cuadro. El tiempo, el momento. Pongamos el ejemplo antagónico. Si hubiera visto el día de mañana ese cuadro, después de enterarme que mi equipo pasó a la final comprando el partido, que no fui aceptado en el programa de maestría y también haberme enterado que la persona que más quiero es un pésimo compañero de viaje, ese cuadro no me hubiera gustado. Aclaro que esa relación gusto-espaciotiempo tiene un espectro vertical y horizontal. No es blanco y negro, no es binario. Ayer me hubiera encantado, hoy solamente es un cuadro interesante, mañana lo voy a olvidar. Volviendo al tema de la vainilla, este sabor se ha usado para generalizar aquello que es bueno apenitas, y les preguntó, bueno apenitas.. ¿es bueno? ¿acaso uno quiere leer un libro apenitas bueno, o atender un concierto apenitas bueno? ¿y si mejor voy al peor concierto al que haya ido? ese sí que lo voy a recordar, me va a provocar un coraje de aquellas pero qué rico. ¿Y esta persona apenitas buena? mejor nadota ¿no? "Hagamos esta musiquita dulce", me imagino diciendo a las disqueras. Toma lo mejor de esta canción que fue hit número uno en el año 1980 y este otro hit número 2 en el año 1990 y verás qué tremenda canción haces. Pura basura seguramente. Mejor escuchemos el hit número 999 mezclado con el sonido urbano, el sonido del camotero, y el hit número 666, algo de armónico tiene: el número 3. Ahí podré esbosar una sonrisa... ese sonido sí me mueve. Ese sonido sí pasa de ese espectro vertical de muy allá hacía acá. Ese sonido huele muy fuerte. No quiero estar en el centro del cuadrante. Si todo lo que me estimula viene del centro me jala poco a poco a ese centro, como imán. Ese centro no es el origen, es el centro de un radial de densidad. Lo que alcanzan a ver tus ojos no es todo lo que hay. Cómo dijo el ninja "Lee más allá de lo que ves". Abre los brazos y deja que el aire te cuente lo que ya está muy a la derecha, escucha con atención lo que está muy a la izquiera que ahí está verdaderamente lo que vale la pena, o lo que quizá, es completamente horroroso y por ende, también habrá que ponerle atención. Lo que se aleja del sabor conocido. Un helado de tamarindo, con chamoy si se quiere, ese no es bueno en todos lados, cuando se vuelva vainilla entonces buscaremos una pintura que sea fea fea fea, y cuando se coloque en el centro de la nube cargada entonces bailaremos la canción más incómoda. Que no se piense que lo diferente es bueno, lo bueno acomoda como la estrella del cubo de formas. Lo malo no tiene manos para aferrarse en tu estómago, por eso viaja en boca de todos. Viaja ligero de aquí para allá. Lo rico desaparece rápido, como diablito de grosella.